Fantasía y sin razón

Confeccionaban sus propias alas. Tenían unas para cada ocasión y en todos los colores. Para pasearse por las ciudades, Sílfides se vestía las de polivinilo, iguales a los tubos, mangueras y mayoría de juguetes para niños, ya que soportaban tormentas, heladas y todo tipo de vientos.  Las de poliestireno —ligeras y suaves al tacto—, Dríades…

Como un niño

Las palabras que pronunció antes de irse fueron para él. Y yo cumplí las mías durante muchos fines de semana.  —Cuídale mucho. Sé paciente con sus cambios de humor, sus miedos, cuando te cuente las mismas historias o no recuerde sus tareas. Si le notas triste, dile que nos veremos pronto… y para que no…

No te pases de castaño a oscuro

¿Una cajita de cerezas? buenísimas… son del Jerte, mire qué pinta tienen…-No, gracias.-¿Y un quesito? de la Mancha, auténtico…-No, gracias, cóbrese.-Quiza unas fresas, directamente de Huelva…-No necesito nada, por favor, ¿podría cobrarme?-Y unos chicles… los tengo de oferta; melón, sandía, mandarina, kiw…– ¡¡¡ME COBRA DE UNA PUÑETERA VEZ!!! Con un frío que pelaba, muy propio…