Goteras
«Pues sí, cariño, yo pensaba que no, pero existen. Recuerdo que según me acercaba al medio siglo se me instaló en el pie derecho un dedo martillo, en el izquierdo un disforme juanete y un par de puentes en la boca. Apenas traspasé los sesenta, una persistente tendinitis viaja de hombro a hombro como Pedro…