Se palpaba la alta temperatura, nada más entrar. En esa casa todo estaba encendido, menos la chimenea, y aunque la discusión se mantuvo calentita toda la tarde, no fue hasta entrada la noche cuando las palabras crepitaron en la boca de la madre. En los ojos del padre se atizaba una mirada candente. Después llegaron los insultos y el lanzamiento de cosas —como el vaso de tinto que él esquivó y fue a estrellarse contra la pantalla del televisor—. Los dos hermanos, rendidos ante la contienda, se acostaron juntos, con miedo y sin cenar, sin entender cómo les habían concedido la custodia, otra vez. Al día siguiente el odio se iniciaba en la cocina. Por temor a sufrir quemaduras de primer grado, cogieron sus mochilas —que aún permanecían en la entrada— y huyeron en silencio. En la calle, Daniel le enseñaba a su hermana un mechero. Le explicaba que si lo encendían dentro de una gasolinera, fijo les llevaban de nuevo al centro de menores.
Indispensable que el color rojo, en cualquiera de sus vertientes, apareciera esta vez en «esta noche te cuento». Creo que lo he conseguido, tristemente, con creces.
Si quieres leerlo en su página aquí te dejo el enlace…
https://estanochetecuento.com/negligencia-parental-rosy-val/