Pasan los años y sigo recibiendo cada 25 de marzo su fotografía. No me costó deducir que ese fue el día de su nacimiento. También, cada primer domingo de mayo recibo una postal, así como el día de su santo —el 11 de agosto—. Lo supuse en cuanto recordé que se llamaba Clara. Invariablemente en Navidad me envía una carta con su pedido a los Reyes Magos. Con impostados y pueriles trazos se dirige a Baltasar, aclarándole que como ha sido buena, le traiga la muñeca parlanchina.
No sé cómo consigue averiguar dónde vivo, pese a cambiar de domicilio me localiza siempre. Temo, que me persiga de por vida.
Voy camino de mi trabajo. Al doblar una esquina me percato de una silueta muy peculiar en la pared; una niña con la cabeza invertida que curiosamente me trae a Linda Blair…
¡Un exorcista —me digo al tiempo en que caigo que hoy es 1 de noviembre—, eso es lo que yo necesito!, que la retire, la expulse de mi vida… han pasado trece años… ¡que deje de martirizarme ya, joder!, ¡que yo no tuve la culpa de que su hija se interpusiera entre mi coche y esa maldita pelota!

200 palabras inspiradas en esta foto de Tom Waterhouse
Relato presentado en «esta noche te cuento», si quieres leerlo en su página aquí el enlace:
Muy bueno Rosy, me ha encantado. Ahora te lo comento en el otro lado. El mío está a medias y me he atascado, lo he dejado reposar a ver si consigo terminarlo.
Besicos muchos.
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Estoy contenta de haber solucionado el problemita ese de los comentarios…
Gracias, Nani, siempre eres bienvenida a mi casa.
Un beso.
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¡Qué preciosidad de relato! Muy bien integrada la imagen. Con palabras sencillas, como el que no quiere la cosa, de repente, ¡zas! Te inunda la tragedia.
Saludos, preciosa.
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A veces lo de ponerle letras a una foto se complica un poco, con esta la idea vino bastante rápida.
Gracias, Pilar.
¡UN BESOTE!
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