Acaba de despertarse, se despereza delante de la ventana, una bocanada de sol se detiene en su cara. A un lado, el jardín rebosante de primavera, le regala su primer aroma de la mañana. Risas de niños cabalgando en bicicleta, el peloteo en la cancha, el azul de la piscina rivalizando con un sereno cielo… le armonizan los sentidos. Al otro lado el pinar; árboles centenarios, acogedores caminos, algún corzo bailando el aire, ágiles ardillas explorando el suelo, la invitan a solazarse en él.
Se viste de chándal. Se monta en su coche.
Después de veinte kilómetros llega a la turbia ciudad. Recorre calles completas de vehículos hasta aparcar el suyo. Tras quince minutos a pie por el rígido e impasible asfalto, se mete en el gimnasio. En cuarenta metros cuadrados y con diecinueve personas, entrena durante un par de horas. El bochorno, el ambiente, el sudor, agobiantes, se cosen a su cuerpo. Extenuada, espera a la cola para darse una ducha.
Llega a casa. La miran al pasar… el aire, los pinos, los pájaros, las rosas…
Ella es humana, tremendamente humana.
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Si tienes un microrrelato con temática ecologista, ponte en contacto con Luisa, su blog……
Gracias por tu generosidad, por este proyecto tan hermoso.
La ilustración es de Juanlu, si quieres ver más joyitas, visita su blog …
Me ha encantado. ¡Como somos las personas!! Se puede participar con algo ya publicado en el blog.
Besicos muchos.
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Hola Nani, casualmente este es uno de mis primeros escritos y está basado en personas que conozco.
Si tienes alguno que hable sobre ecología escribe a Luisa su correo es: microsalpormayor@gmail.com
Un beso guapa
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¡Cuanta contradicción en la naturaleza humana! Muy bueno.
Saludos.
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Tu lo has dicho pura contradicción.
Un saludito beto
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Te escribo desde la turbia ciudad y he de decirte que realmente es muy turbia.
Miro por la ventana y hasta la lluvia que cae es fea.
Debería huir ahora mismo.
Me ha gustado el relato.
Besos.
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Toro, deberías hacer lo contrario que la prota de mi escrito… abandonar tu ciudad por unas horitas y acercarte a un pinar limpio, to verde, por ejemplo, el mío. Deja el paraguas, aquí hoy no llueve.
Un abrazo
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Somos tan contradictorios… tanto
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Así nos va…
Gracias Carlos, por comentar.
Un saludo
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El ser humano, a veces contradictorio y muchas veces ridículo. Me gusta la experiencia que tan bonitamente nos has transmitido.
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Hola Maitetxu, desgraciadamente conozco muchos casos como el que cuento.
Gracias por pasarte por aquí.
Un abrazo
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